domingo, 27 de junio de 2010



Lo primero que quise
fue gritar bien fuerte,
sentirme aire, sin hacerme notar.
Coger un tren bien lejos,
buscando restos de migas de pan.
Llevando un alma vacía
ligera para volar,
cargando mil fantasías
creadas en soledad.
Noté que a veces la vida,
te tumba a su merced,
recé rezos prohibidos
recostada en la pared.




















Mis rincones fueron palacios,
mis lágrimas libertad
mi mente se hizo alada
y dormida o entrevelada,
en las noches o en madrugadas
me venía a rescatar.
Rescatada de nichos vacíos,
retablos de amargura
gritos y mucho ruido
que templaron con mesura,
mis silencios desbordados
con sutiles ataduras.
Ataduras invisibles
sin grilletes o cadenas,
con mil huérfanos de vírgenes
que rodeaban mi cabeza
imposibles de librar
esperando hasta la pena
de cumplir el sacrificio
del martirio de la hoguera.
Así crecimos paso a paso,
pasando mil vidas,
volando pasajera
hasta hoy mis años no repaso,
creciendo tan joven,
sintiendo tan vieja.

1 comentario:

.... dijo...

muy bueno y dramatico tia! parece que hablas de vidas pasadas...
un besote!