No siento nada.
Todo parece quieto.No vuelan las palabras,
dejé sola mi alma al viento.
Nada crece,
nada suma,
nada y sombras...
Nada llama a nada,
nadie me nombra.
Oscuro, febril, estrecho...
Es la parte de mi cuarto que se aproxima a mi pecho.
Pesado, viejo, derruído...
Es la parte de mi vida que se asemeja a mi techo.
Y entre cuatro paredes, una llamada:
la de la vida o los años, la de mi hambre o tu sangre derramada en la derrota para brotar con más luz del elixir de tu boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario