La vida sin mi

La maldad humana no tiene límites ni razones.

Escapadas a otros mundos

Un espacio, un tiempo...

Lo más difícil de la vida es vivir. A mis 26 años no soy más que a los 15 pero en mi memoria abarco recuerdos que me hacen, a mi edad, buscarlos y abrazarlos en el rincón de mi alma donde, al recordar, vuelvo a tener 15 años.
No he sufrido como la que más sufre, no he reido como la que más ríe, pero lo que reí y sufrí me hizo ser la más triste y la más feliz del mundo entero, mundo que era mío y se esfumaba con la misma facilidad.

Siento un egoismo puro y decadente que me hace olvidar a las personas y recoger sus sentimientos hacia mi y hacerlos míos tan fuertemente que pienso más en ellos y en su carestía que en las propias personas portadoras y sujetos de esos sentimientos. Tengo miedo a perder lo que sienten por mí, a perder ese sentirme bien con su amor y protección y me muero por guardar ese amor y protección en un frasco hermético y olvidar a la persona portadora en el transcurso de los años.

La vida sin mi

jueves, 25 de junio de 2015

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